Too many times in life we are so focused on what we are leaving behind, that we fail to embrace where we are heading and often trample over a successful transition into a new season of our lives. We ponder about how things used to be, how physically comfortable we were in a place that was not allowing us to grow personally, even spiritually. We knew everybody and thought everybody knew us. But too often we are part of an organization (i.e., social club, job site, church, professional organization, etc) where we sit next to dozens of people, yet we know no one. Odds are that if this is the case, those around you also made little to no effort in getting to know you. So it is time to move on. And when you do, you cannot look back. Focus on what is ahead and forget whatever is left behind. If it was meant to help you reach your destination, God wouldn’t allow you to move regardless of how much you try. This does not mean that the place or person you are leaving behind is evil. It just means your season there has come to an end. Now that it is time to spread your wings, do so with confidence and never cease praying through the process. Maybe life will bring you back to the same place or person one day. Maybe not. But you must first accomplish what you are meant to in the new season of your life.

We all know the biblical story of Lot’s wife. When two angels urged Lot and his family to leave the city, which God was destroying over sinful and prideful activity, they took heed and fled. The angels, however, had given them an important command to follow once they left: not to look back. Lot and his family had safely made it out as fire and burning sulfur burned over their city, but Lot’s wife forgot the command which had been given. Instead of focusing on the path to safety which was right in front of them, she looked back to contemplate where she was leaving. There is no logical reason as to why she would focus on where they were leaving, but she did. She immediately became a pillar of salt, stuck for eternity. Her season in that place had come to an end. They were not meant to stay there. God in His infinite mercy showed her and her family a way out. But because of looking back, she found herself stuck forever.

The prophet Isaiah says, "Forget the former things; do not dwell on the past.”  There will be times in life when we will find ourselves in similar situations. Leaving a place, whether it's a job site, a professional or social organization, a church, even a relationship, often carries with it feelings of doubt or remorse, especially if we have been a part of it for a long time. But when the Holy Spirit speaks, we must listen. Has our time there come to an end? After putting it through the spiritual filter and asking God for guidance, if the answer points to moving on, we must do so. Sometimes you must simply get up and walk away, focused on where God has led you to go and trusting His power and wisdom.

Be aware not to make a home of a place where you were only meant to be a visitor. Seize your new season. Don’t look back!

God bless you!

Rich Bermudez

Muchas veces en la vida estamos tan concentrados en lo que estamos dejando atrás, que no logramos aceptar hacia dónde nos dirigimos y, a menudo, pisoteamos una transición exitosa hacia una nueva etapa de nuestras vidas. Reflexionamos sobre cómo solían ser las cosas; Qué cómodos estábamos físicamente en un lugar que no nos permitía crecer personalmente, ni siquiera espiritualmente. Conocíamos a todos y pensábamos que todos nos conocían. Pero con demasiada frecuencia somos parte de una organización (es decir, un club social, un lugar de trabajo, una iglesia, una organización profesional, etc.) donde nos sentamos junto a docenas de personas, pero no conocemos a nadie. Lo más probable es que, si este es el caso, quienes te rodean tampoco hayan hecho ningún esfuerzo por conocerte. Así que es hora de seguir adelante. Y cuando lo hagas, no podrás mirar atrás. Concéntrate en lo que está por delante y olvídate de lo que queda atrás. Si estuviera destinado a ayudarte a llegar a tu destino, Dios no te permitiría moverte por mucho que lo intentes. Esto no significa que el lugar o la persona que estás dejando atrás sea malo. Simplemente significa que tu temporada allí ha llegado a su fin. Ahora que es el momento de extender tus alas, hazlo con confianza y nunca dejes de orar durante el proceso. Quizás la vida te devuelva algún día al mismo lugar o persona. Quizás no. Pero primero debes lograr lo que debes hacer en la nueva etapa de tu vida.

Todos conocemos la historia bíblica de la esposa de Lot. Cuando dos ángeles instaron a Lot y su familia a abandonar la ciudad, que Dios estaba destruyendo por actividades pecaminosas y orgullosas, ellos hicieron caso y huyeron. Los ángeles, sin embargo, les habían dado una orden importante a seguir una vez que se fueran; no mirar atrás. Lot y su familia habían salido sanos y salvos mientras el fuego y el azufre ardía sobre su ciudad, pero la esposa de Lot olvidó la orden que se le había dado. En lugar de concentrarse en el camino hacia la seguridad que estaba justo frente a ellos, miró hacia atrás para contemplar de donde huía. No hay ninguna razón lógica por la que se concentraría en el lugar donde se iban, pero lo hizo. Inmediatamente se convirtió en una estatua de sal, estancada por la eternidad. Su temporada en ese lugar había llegado a su fin. No estaban destinados a quedarse allí. Dios en su infinita misericordia le mostró a ella y a su familia una salida. Pero al mirar atrás, se encontró estancada para siempre.

El profeta Isaías dice, "Olvídate de las cosas pasadas; no te detengas en el pasado".  Habrá momentos en la vida en los que nos encontraremos en situaciones similares. Dejar un lugar, ya sea un lugar de trabajo, una organización profesional o social, una iglesia, incluso una relación, a menudo conlleva sentimientos de duda o remordimiento, especialmente si hemos sido parte de durante mucho tiempo. Pero cuando el Espíritu Santo habla, debemos escuchar. ¿Ha llegado a su fin nuestro tiempo allí? Después de pasar por el filtro espiritual y pedirle a Dios que nos guíe, si la respuesta apunta a seguir adelante, debemos hacerlo.. A veces simplemente debes levantarte y alejarte. Enfocado en hacia dónde Dios te ha dirigido a ir y confiando en Su poder y sabiduría. 

Tenga cuidado de no convertir en hogar un lugar donde solo estabas supuesto a ser un visitante. Aprovecha tu nueva temporada. ¡No mires atrás!

¡Dios lo bendiga!

Rich Bermudez