It's OK to be Uncomfortable

My wife and I recently facilitated a course where the truth about suffering associated with unforgiveness was thoroughly explained in a biblically based, interactive format during an 8-week class period. The course has been attributed in the past with helping parents reconcile with children and grandchildren, husbands with wives, churches on the verge of splitting find peace and unity, and even helped conflicting denominations find unity without compromise. The featured speaker skillfully presented scripture passages and excerpts that conform to the reality of the consequences of not forgiving. Many participants were originally in attendance, but the content met some resistance and about half of the participants actually completed all the sessions to fully make sense of the target message and understand what at the start of the class could have come across as scandalous claims about forgiveness. An understandably uncomfortable time for some. Shockingly, the course even made some participants doubt the appropriateness of such material being presented in a religious setting.

This blog is not to dispute whether these folks were right or wrong. In my opinion, they were concerned. And rightfully so. To hear that if you do not forgive everyone, for everything and anything, you will be subjected to torment is something that can make even the toughest Christian squeamish and certainly uncomfortable. But being uncomfortable is not necessarily a bad thing. It means there is something that simply isn’t sitting well with us, and we would like to either understand more about it or change it altogether. I feel that this “not being a bad thing”  is best illustrated in the beatitudes. In the Bible we read that “blessed are those who hunger and thirst for righteousness, for they will be filled.” I compare those who may have felt uncomfortable with the course content as being in search of “righteousness.” To them, the content they heard was not “right.” So they went ahead and expressed their opinions as they sought to understand what was indeed “right” or “righteous.

The challenge lies in respecting the validity of those feelings while suggesting an explanation which highlights a very important truth: the Word of God is the Word of God. In highlighting this fact, the next challenge is to offer a safe place for those affected to continue being a part of, while not necessarily feeling comfortable. This is the essence of our walk with Christ. I think Jesus wants us to be uncomfortable at times. This moves us to seek Him further, to learn more about those things which make us uncomfortable, so that we can live in the ultimate truth. I read a devotional recently which suggested that Jesus did not give up His life and rise again from death just so we can live a complacent, comfortable, ordinary life. He wants us to live a faith-filled and dependent life where many times the foundation of our beliefs will be shaken. We don’t recoil or rebel at the sight of an uncomfortable truth, regardless of how much it may shake our former understanding. If a thorough assessment proves that it is in no form a contradiction to the Word of God, it is our responsibility to accept the will of the Holy Spirit and let His power intercede for us. Even in the face of truths that rattle our spiritual compass, if we persevere, He will make the path straight.

It’s OK to be uncomfortable.

God bless you,

Rich Bermudez
Está bien sentirse incómodo
Mi esposa y yo recientemente facilitamos un curso donde se explicó detalladamente la verdad sobre el sufrimiento asociado con la falta de perdón en un formato interactivo con base bíblica durante un período de clase de 8 semanas. Un curso al que se le ha atribuido en el pasado ayudar a padres a reconciliarse con sus hijos y nietos, a los maridos con sus esposas, a las iglesias a punto de dividirse a encontrar la paz y la unidad, e incluso ayudó a denominaciones en conflicto a encontrar la unidad sin compromisos. El orador presentó hábilmente pasajes de las Escrituras y extractos que se ajustan a la realidad de las consecuencias de no perdonar. Inicialmente, muchos participantes asistieron, pero el contenido encontró cierta resistencia y aproximadamente la mitad de los participantes completaron todas las sesiones para dar pleno sentido al mensaje objetivo y comprender lo que al comienzo de la clase podría haber parecido afirmaciones escandalosas sobre el perdón. . Un momento comprensiblemente incómodo para algunos. Sorprendentemente, el curso incluso hizo que algunos participantes dudaran de la idoneidad de que dicho material se presentara en un entorno religioso.

Este blog no pretende discutir si estas personas tenían razón o no. En mi opinión, estaban preocupados. Y con razón.  Escuchar que si no perdonas a todos, por todo y por cualquier cosa tú serás sometido a tormento es algo que puede hacer que incluso el cristiano más duro se sienta aprensivo y ciertamente incómodo. Pero sentirse incómodo no es necesariamente algo malo. Significa que hay algo que simplemente no nos sienta bien y nos gustaría entenderlo más o cambiarlo por completo. Siento que este “no ser algo malo” se ilustra mejor en las bienaventuranzas. En Mateo 5 leemos que son “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados”. Comparo a aquellos que pueden haberse sentido incómodos con el contenido del curso como si estuvieran en busca de “rectitud”. Para ellos, el contenido que escucharon no era "correcto". Así que siguieron adelante y expresaron sus opiniones mientras buscaban entender qué era realmente “correcto” o “justo”.

El desafío radica en respetar la validez de esos sentimientos y al mismo tiempo ofrecer una explicación que siga resaltando una verdad muy importante; la palabra de Dios es la Palabra de Dios. Al resaltar este hecho, el siguiente desafío es ofrecerles un lugar seguro del que puedan seguir siendo parte, sin necesariamente sentirse cómodos. Ésta es la esencia de nuestro caminar con Cristo. Creo que Jesús quiere que a veces nos sintamos incómodos. Esto nos mueve a buscarlo más. Para aprender más sobre aquellas cosas que nos incomodan, para que podamos vivir en la verdad última. Recientemente leí un devocional que sugería que Jesús no entregó su vida y resucitó de la muerte sólo para que podamos vivir una vida ordinaria, cómoda y complaciente. Él quiere que vivamos una vida dependiente y llena de fe donde muchas veces los cimientos de nuestras creencias serán sacudidos. No retrocedemos ni nos rebelamos ante la revelación de una verdad incómoda, por mucho que pueda sacudir nuestra comprensión anterior. Si una evaluación exhaustiva demuestra que dicha revelación no contradice en modo alguno la palabra de Dios, es nuestra responsabilidad aceptar la voluntad del Espíritu Santo y dejar que su poder interceda por nosotros. Incluso frente a verdades que sacuden nuestra brújula espiritual, si perseveramos, Él enderezará el camino.

Está bien sentirse incómodo.

Dios lo bendiga,

Rich Bermúdez  

1 Comment


Linda Couch - July 11th, 2024 at 11:50am

Beautifully expressed. Thank you, Rich.